“Las cloacas del Estado son un recurso de los grupos populistas para tapar las suciedades propias”
Aparejador de profesión antes de dedicarse a la política como miembro del PSOE, fue director de la Delegación de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid y posteriormente delegado de esta área. En 1982 fue nombrado Director General de la Seguridad del Estado y, desde el 9 de febrero de 1984 subsecretario del Ministerio del Interior hasta su ascenso a Secretario de Estado, cargo que ocupó desde octubre de 1986 hasta enero de 1994. En julio de 1998 fue condenado por el secuestro de Segundo Marey un delito de malversación de caudales públicos para la financiación del grupo terrorista GAL que practicó la llamada «guerra sucia contra ETA».
Durante su participación en un reciente debate del foro The Experience Club, en Click Radio y TV, declaraba que no confía en la clase política actual
Es una clase política mediocre. En una situación de tormenta perfecta como la que nos encontramos hay que dejar al margen las ideologías y atender al interés general. Una de las características de las democracias avanzadas es conseguir acuerdos transversales. Miro con envidia lo que ocurre en Alemania donde hay acuerdos de Gobiernos entre los principales partidos y el partido socialista no ha desaparecido.
Y este PSOE de Pedro Sánchez, ¿se parece al PSOE de Felipe González?
El Partido Socialista de Sánchez no tiene nada que ver con el de Felipe González. Al igual que lo que ocurre en Alemania, aquí me produce envidia ver como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha conseguido un acuerdo con todos los grupos municipales.
Desde su experiencia como secretario de Estado de Seguridad, ¿existen de verdad esas “cloacas del Estado” de las que habla Pablo Iglesias o son una invención para tapar sus responsabilidades por el caso Dina?
Las llamadas cloacas del Estado se utilizan con fines políticos y muchas veces para tapar las propias mentiras. Es cierto que la policía se mueve a veces en unos ambientes complicados y si no los tiene que crear, porque sin seguridad no hay libertad. Echar mano de las cloacas para tapar las suciedades propias es un recurso propio de grupos populistas.
Y, respecto al GAL, ¿conocían Felipe González y su gobierno las actividades de esta organización?
Las responsabilidades de los políticos, unas son por activa y otras por pasiva. Tú puedes conocer irregularidades y no intervenir. Yo quiero romper una lanza en favor de aquellos policías nacionales y guardias civiles porque sabían que los políticos mirábamos para otro lado. Felipe González lo conocía como cualquiera de nosotros y la sociedad española sabíamos lo que pasaba, hasta que Francia nos puso en la tesitura de controlar la situación e investigar, y cuando fui nombrado secretario de Estado de Seguridad di la orden de acabar con todo eso. Lo que si me gustaría subrayar es que la llamada guerra sucia contra ETA sirvió dentro del país para combatir el golpismo.
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